Autismo
La
palabra que deriva del griego auto: 'propio de uno mismo' ó "encerrado en uno
mismo":
Su
origen obedece a una anomalía en las conexiones neuronales que es atribuible,
con frecuencia, a mutaciones
genéticas. Sin embargo, este componente genético
no siempre está presente, ya que se ha observado que los trastornos que sufre
una persona autista pueden tener un componente multifactorial, dado que se ha
descrito la implicación de varios factores de riesgo que actúan juntos.
El bebé
autista puede pasar desapercibido hasta el cuarto mes de vida; a partir de ahí,
la evolución lingüística queda estancada, no hay reciprocidad con el
interlocutor, ni aparecen las primeras conductas de comunicación intencionadas
(miradas, echar los brazos, señalar...).
Afecta
la socialización, la comunicación, la imaginación, la planificación y la reciprocidad
emocional, y evidencia conductas repetitivas o inusuales. Los síntomas, en
general, son la incapacidad de interacción social, el aislamiento y las
estereotipias (movimientos incontrolados de alguna extremidad, generalmente las
manos). Con el tiempo, la frecuencia de estos trastornos aumenta. Los casos más severos se caracterizan por
una completa ausencia del habla de por vida y comportamientos extremadamente repetitivos, inusuales, auto
dañinos y agresivos. Este comportamiento puede persistir durante mucho tiempo y
es muy difícil de cambiar, lo cual es un reto enorme para aquellos que deban
convivir con estas personas, atenderlas o educarlas. Las formas más leves de
autismo (típicamente, Síndrome de Asperger o autismo de alto funcionamiento)
puede ser casi imperceptibles y suelen confundirse con la timidez, falta de atención o excentricidad. Cabe notar que una
persona autista puede ser de alto funcionamiento en ciertas áreas y de bajo
funcionamiento en otras. Por ejemplo, existen personas autistas que carecen de habla pero pueden comunicarse por escrito muy elocuentemente.
A una persona autista puede molestarle un ruido que para una persona no autista
pasa inadvertido. En muchos casos la molestia puede ser extrema, hasta el punto
de llevar a comportamientos violentos. Por otro lado, un autista puede tener
una gran tolerancia al dolor. Algunos aseguran que no se percatan del hambre o
de otras necesidades biológicas.
El Autismo es un síndrome que afecta la comunicación y las relaciones sociales
y afectivas del individuo.
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